Los vehículos particulares y
públicos que transitan a través de los 34 kilómetros de esta vía deben hacerlo
en medio del arenal -ocasionado por el desgaste de pista- y esquivando
descomunales baches y desperfectos de la carretera. El tránsito de unidades
pesadas -entre camiones y tráilers- ha destruido el 80% de pista asfaltada.
Las unidades pesadas usan dicha
vía a toda hora. Van y vienen cargadas con toneladas de material de
construcción que extraen de las canteras mineras ubicadas en la margen
izquierda de la carretera, en la zona de "Trapiche" (Canta).
El abandono de esta carretera
empieza en el kilómetro 20, en Carabayllo, donde funcionan los paraderos finales
de diversas empresas de transporte público. No sólo los baches, sino también la
basura, obstruyen el tránsito vehicular.
Los enormes huecos en la pista
hacen zigzaguear a los vehículos. Cada metro de avance significa dañar amortiguadores
y otras autopartes. Al mismo tiempo, los conductores deben evitar
desbarrancarse por las pendientes, pues casi no hay vallas de seguridad ante
los abismos.
Muchos conductores se ven
obligados a reducir la velocidad en cuestión de segundos, para evitar un accidente.
"Han ocurrido muchos choques, porque el auto se te va de las manos por
tantos baches. Pero nadie hace nada por reparar la pista", se quejó un
viajero.
La falta de señalización demuestra
el desinterés por esta carretera de autoridades ediles y del Ministerio de
Transportes y Comunicaciones. Por ejemplo, a la altura del km 34, los avisos de
curvas peligrosas y reductores de velocidad están doblados y en el suelo.